Sancionan una herramienta clave para las vías navegables
El Decreto 261 que prorroga el “Estado de Emergencia Hídrica” habilita a la Administración General de Puertos a obtener y mantener la profundidad efectiva de la Vía Navegable Troncal, y a ejecutar dragados de emergencia
Tardó, pero llegó. La prórroga del “Estado de Emergencia Hídrica” por 180 días corridos decretado originalmente el 24 de julio de 2021 le abre una puerta más que interesante a la Administración General de Puertos (AGP) para hacer las obras complementarias de dragado que reclama el sector, pero también, para ordenar trabajos de profundización en trazas alternativas como el Paraná Guazú.
Ya no le quedan excusas al ministerio de Transporte ni a la subsecretaría de Puertos, Vías navegables y Marina Mercante, para desoír los pedidos de dragado originados en la AGP.
Luego de establecer en sus considerandos, que la bajante histórica actual es “la más importante en nuestro país en los últimos 78 años”, la norma ordena diversas acciones en concreto para garantizar la navegabilidad indispensable para la salida de las exportaciones.
Instruye por tanto al Jefe de Gabinete de Ministros, para que efectúe las reestructuraciones presupuestarias que fueren necesarias a los efectos de asignar los créditos, cargos y cualquier otra adecuación que se requiera para el financiamiento de las medidas que se dispongan por aplicación del presente decreto.
“Resulta necesario adoptar medidas en relación con la carga y los calados en el tránsito fluvial de mercaderías a efectos de evitar afectaciones en materia de vías navegables, tripulaciones, seguridad de la navegación, mantenimiento del comercio nacional e internacional y la protección ambiental, en accesos portuarios, vías navegables y dársenas”, destaca el decreto.
Asimismo, señala que por “la ausencia de niveles de calados aptos para la navegación comercial habitual establecidos en el actual contrato de concesión, corresponde readecuar las profundidades de la Vía Navegable Troncal, a través de autorizaciones especificas a ser otorgadas por el Ministerio de Transporte.
Frente a este escenario, a la AGP se le abre un sinfín de oportunidades habida cuenta que la actual traza del Paraná de las Palmas y Canal Emilio Mitre se presenta como una suerte de enfermo terminal porque ya no hay más lugar donde poner los sedimentos extraídos.
La propuesta debiera ser volver a un sistema troncal de navegación que respete los caudales naturales y haga mínima la intervención con tareas de dragado. El mismo pasa por el Paraná Guazú Talavera, Canal Buenos Aires, Río de la Plata y Canal Magdalena, junto a la ampliación en ancho de solera y la profundización del Canal Coronel Martín Irigoyen a efectos de potenciar el polo de Zárate y Campana.

Con solo tres meses de dragado, se lograría habilitar el Paraná Guazú con un calado mínimo de 36 pies para dar salida a la exportación agroindustrial que está sufriendo las limitaciones de la vía navegable actual.
Este sistema navegable se explica en tres obras que fueron presentadas recientemente en la Feria del Libro. Se trata de la trilogía escrita por Agustin Barletti compuesta por los libros “La hora del canal Magdalena”, “Canal Buenos Aires, el eslabón perdido” y “Canal Irigoyen, hacia una nueva vía navegable”. Los libros se basan en un sólido trabajo de investigación, y abarcan temáticas como historia, geopolítica, infraestructura logística, ingeniería y medio ambiente.
